jueves, 20 de noviembre de 2008

Eres raro



Hay una canción de Fito y los Fitipaldis que dice "raro, no digo diferente digo raro". Me gusta la gente rara.

Seguramente porque me considero el paradigma de la normalidad. De familia normal, de aspecto normal, de inteligencia e intereses normales. Mi trabajo es normal. Mi casa y mis cosas también. Todo normal. Mi vida es normal. Por eso siento una envidia (sana, pero envidia al fin y al cabo) general hacia la gente rara.

Y no me refiero a los que con poses de modernidad tratan de darnos lecciones de gusto o de liberalidad a los demás. No. Esa gente más bien me aburre. No encuentro nada más tedioso que la moda y su supuesta originalidad

Los que me gustan son los raros de verdad. Los poseedores de esas cualidades (que algunos meapilas llamarían defectos), no necesariamente extraordinarias, pero tan desarrolladas o tan afiladas que llegan a ser rareza. Rayana en la locura.

La señora de mi barrio que lo mismo en enero que en junio lleva chaquetón de piel. Lleva la cara maquillada de un color entre naranja y marrón. Está casi calva pero se engomina el poco pelo que le queda. Su perro obeso, que casi no puede caminar la sigue a todas partes, y van ambos en animada conversación. Le da de comer a las palomas de la placita de atrás. Conoce a todo el mundo y las cajeras del super la llaman por su nombre. Me gusta.

El señor que atraviesa todos los días el centro de la ciudad varias veces. Es muy bajito, y debe de ser muy pobre, porque su ropa está mil veces rota. También lleva un abrigo muy raído, que en tiempos debió ser una prenda buena. No se lo quita nunca. Lo lleva abierto y como camina deprisa, ondea detrás de él dándole aspecto de superhéroe indigente. Se patea el centro arriba y abajo. No parece tener un destino determinado, pero camina a toda velocidad durante todo el día. Va sin afeitar y lleva una colilla en la comisura de los labios. Hace años que dejé de fumar, pero cuando lo veo me apetecería llevar tabaco en el bolso para ofrecerle un cigarrillo. También me gusta.

Recuerdo un precioso artículo de Rosa Montero, publicado hace varios eones en El Pais Semanal, cuando escribía una página propia (desconozco si lo sigue haciendo). Lo guardé durante mucho tiempo con otros de distintos autores, hasta que en uno de los 600 traslados se perdió mi carpeta de los tesoros. Pero me sigue viniendo a la memoria cuando me encuentro con esos personajes inclasificables. En él hablaba de "su" gente rara. De qué nos hace dar ese paso más alla que nos permite liberar un demonio o una manía. De la potencialidad que hay en todos para la locura, esa locura inofensiva que muestra al mundo nuestro yo más íntimo. De cómo todos podemos ser así de raros. O así de libres, no lo tengo claro.

14 comentarios:

Rose dijo...

¡Hola!
Pues quizá tienes razón. Quizá no se trata de "rarezas", sino de libertad. Salir del rebaño es difícil.... el calor de la manada da seguridad. Quizá quién de verdad consigue, o decide, apartarse, pase a veces un poco de frío, pero seguro, seguro, que gana en libertad.
A mí también me gustan las personas "raras". Y me encanta Fito...
Un saludo.

Cris dijo...

Pues sí, tienes razón. Yo también creo que no se trata de las rarezas sino de la libertad de hacer, vestir, etc...como cada uno quiera. En definitiva, como dice Rose, de ganar en libertad.
Me encanta esa canción de Fito.
Besos.

Eli dijo...

Quizá más que rara, a mí la gente que me gusta es la que solemos calificar como "particular". Esa gente a la que ser original no le cuesta, que le sale solo, que no es una pose.
Puede que en la mayoría de los aspectos cotidianos sea una de tantos, pero de repente, asoma lo que para mí es su belleza, lo que la hace diferente y única.
Adoro encontrar esos aspectos en los demás, y me gustaría pensar que yo también tengo mi parte propia, personal y original que me hace ser única.

Sirenita dijo...

Me encanta la foto del perro verde Ina! :)

Yo soy una observadora nata del ser humano, y me encnata descubrir esas "rarezas" que les hacen únicos.

Recuerdo un profesor de la facultad (que es magistrado del TSXG) que tenía y tiene un aspecto muy británico, es muy sobrio en el vestir, impecable pero muy muy muy clásico, todo un gentleman vaya, pero cuando se sentaba en clase, y quedaba a la vista su reloj de muñeca, te encontrabas con un reloj de plástico rojo, negro y amarillo, que era la REPERA!

Intrigada me hallaba yo, así que en la cena de Fin de carrera le pregunté si le había tocado en el cola-cao :), él lo miró , sonrió y me dijo muy serio:
- No..es que es el toque de locura que me permito.

Eso es el toque que le hacía y hace único. :)


Por cierto, Coruña es una ciudad de viento, y no sabes lo que afecta eso al comportamiento humano, debemos ser una de las ciudades con más personajes que hablan solos por la calle por metro cuadrado...:O

Alberich dijo...

Me encanta lo q escribes y como lo escribes,Ina.

Juan dijo...

Hay personas que intentan, por todos los medios, ser diferentes, quizás para huir de su propia vulgaridad.

Hay otros que son diferentes. Gente que respeta su propia identidad, que nunca han conseguido impornerles una educación convencional. No es tanto libertad, que la hay, sino capacidad de desaprender.

No importar lo que opinen los demás. Soy así y así me muestro.

Muchas gracias Ina. Me ha gustado mucho

Celadus dijo...

Yo sigo insistiendo en que no existe la "gente normal". Que alguien me explique, por favor, que es la "gente normal".
A mi también me ha encantado la foto del perro, Ina.
Un beso.

Kaken dijo...

Pues va a ser que no te tengo por normal, Ina.
Cuando pienso en tí, te tengo como rara, pero en un rango de privilegio, en positivo.
No es normal como ves el mundo, no es normal que te expreses de maravilla, no es normal que te guste la gente rara.
Tienes una visión especial que hace que yo piense de ti que eres rara, rarísima, y me encanta.
Porque eres única y distinta, y logras que yo vea, a través de tu mirada, cosas nuevas para mí.
Un bes

Ina dijo...

Jo, muchas gracias, me has puesto colorada Kaken.
Pero si que existe la normalidad. Supongo que hay algo de relativo en el concepto, pero yo creo encarnarlo. Me refiero a que en muchas cosas soy la media de extremos. No hay hechos o circunstancias extraordinarias en mi vida, ni cualidades en mí que no se den en otros, en la mayoría. A eso me refiero con normalidad. Que se adapta a la norma. No a la ley, a la norma estadística.

Lo del viento que comenta Sirenita es completamente cierto, yo creo que de ahí vienen expresiones como "dar una ventolera" o "le dió un siroco". En mi pueblo se dice "está anortado". Y en los días de viento las rarezas se agudizan. ;)

Como siempre, gracias a todos por las visitas y los comentarios.

Juan dijo...

Tienes razón Celadus: no hay gente normal cuando todos somos únicos e irrepetibles.

Quizás nos hemos puesto de acuerdo a la hora de denominar normal a aquellas personas que están muy influenciadas por el entorno, que han preferido seguir la senda del rebaño en vez de buscar caminos propios.

Yo también me veo "normal".

Un abrazo

Lenka dijo...

Toda la vida me han llamado "rara", así que he pasado por la fase de: "dios, soy rara? No, rara es Esperanza, la de las palomas, la que le inventa versos a la gente!"

Luego pasé por la fase en que me gustaba ser rara y lo acentuaba, por tocar las narices.

Después descubrí que eso de "raro" es absolutamente relativo. Negativo a veces, positivo muchas otras. Y que, al final, importa un cuerno. Y a quien le importe, peor para él.

Todos tenemos nuestras rarezas. Nuestras mayores normalidades pueden parecer raras a otros ojos, y viceversa. Hace mucho que asumo cómo soy y no me preocupa si es raro o normal. Al fin y al cabo, raro también implica "excepcional", así que, que vivan los raros. Y los normales. Y las rarezas y normalidades de todos. Y Fito, por supuesto, que me enloquece.

Kaken dijo...

Pues Lenka, has descrito todas mis fases de "rareza", he vivido lo mismo que tú en ese sentido, que curioso.
Nunca entendí porqué a mis a amigos, a mi familia les parecía rara, y me dolía.
Hoy ya no. Sé algo más y no le doy importancia.

Sin embargo, yo sí pienso que hay gente normal y otros que se salen de la norma. Por pura estadística y otras cosas. Y ambos son absolutamente igual de respetables.
Pero si queremos acercarnos a la realidad, no me parece eficaz ocultarla o maquillarla.
A cada uno, lo suyo, no como premio o mérito, si no como trato adecuado.

Ina, gracias por el huequito :-)

Ado dijo...

¿Por qué has puesto a mi perro verde, Ina? jajaja.

Para mi hay distintos tipos de rarezas, las hay que sólo afectan a esas personas, es decir, que son así pero o hacen daño a nadie.
Luego están los raros que si hacen daño a los demás (de esos conozco un par), es decir, van de modisitos, poco habladores y escondiendose detrás de otros, pero cuando sale su verdadera personalidad, huye. (nno se si se entiende lo que quiero decir)

Jose dijo...

Perdona bonica, pero ¿¿tu te consideras normal despues de todas las cosas que hemos pasado alatristeramente hablando??

La "normalidad" la da el resto de las personas. La particularidad es innnata ;)